Dos hombres nocturnos aguardan
Entre grietas y roncas plegarias
Mientras el hambre les devora los dientes
Y les bebe ansiosa las palabras y el grito
De un trago
Aguardan con el alma apretada a los huesos
Que la divina imagen les mire redentora
Dos hombres nocturnos ignoran
Que la imagen
Solo es amasijo de ojos ciegos
De oídos sordos.
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